Una imagen coloreada del presidente Abraham Lincoln, sobre la original de Mathew Brady de 1861. © Daily Mail

Los trozos de arcilla horneada sobre los que se escribía con caracteres cuneiformes no son más que las tabletas actuales. El papiro fue luego papel, que la piel curtida de un animal trató de imitar. Los primeros libros elaborados en una imprenta no hacían otra cosa que reproducir los escritos a mano… Así, el término moderno no es tan moderno, sino que lo antiguo es también moderno o, dicho en otras palabras, lo antiguo (que era moderno) habita en lo moderno. Vaya lío o, en palabras más finas, el conque de la hipertextualidad.

Así que, como este texto antiguo-moderno es un artículo, pues ahí va el titular: ¿Fue el presidente Abraham Lincoln un tuitero? Gran dilema, pues hay pruebas tanto en una opinión favorable como en su contra. Si ya los niños pintaban las paredes de Pompeya con grafitis, ¿por qué no iba a añadir a sus discursos el bueno de Abe algún que otro emoticono? The New York Times publicó el 7 de agosto de 1862 un artículo del presidente en el que aparecía el símbolo-emoticono de una cara que sonríe, el famoso, :).

En él se decía más o menos: «Pero también es cierto que no existe un precedente para que vosotros mismos estéis aquí, 😉 y os puedo ofrecer, que no he encontrado nada en la Constitución en su contra». Este sorprendente descubrimiento se publicó en 2009 mientras realizaba su trabajo uno de los documentalistas del periódico. ¿Lo usó el presidente adrede? ¿Fue una broma del cajista que montaba el discurso en la imprenta? ¿Un simple error?

Más que dos puntos y el paréntesis, se trata de un punto y coma con paréntesis, que la máquina de linotipia no pudo introducir de manera accidental. Así que los misterios del pasado nos incitan a quedarnos con la explicación más literaria, que debe ser la más alejada de la real, pero es la más sugerente. El presidente, en plena guerra de Secesión, apostilló en su discurso una risa para hacerla extensiva a la audiencia. Menudo presidente.

Se acepta en la actualidad que la primera vez que se utilizó un emoticono de verdad en un texto fue el 19 de septiembre de 1982, en concreto, en un correo electrónico enviado a las 11:44 de la mañana desde la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh, Pensilvania, por el profesor Scott Fahlman, que explicó previamente a sus alumnos cómo quería utilizar una clase especial de símbolos para distinguir entre el sarcasmo, la ironía y los comentarios más graves en las comunicaciones de carácter digital.

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