El nombre de la actual Venezuela surgió como diminutivo de la ciudad italiana de Venecia. © Ruurmo

Existen cientos de topónimos por el mundo que tiene su origen gracias a España, en muchos casos están escondidos por el devenir de la Historia o simplemente por el olvido de quién y por qué se les puso. Vamos a repasar algunos.

Venezuela: cuando el español Alonso de Ojeda vio el lago Maracaibo y las casas que los aborígenes hacían sobre pilotes de madera, le recordó Venecia, Venezia en italiano. De ese diminutivo, la pequeña Venezia, salió la denominación de la actual Venezuela.

El Yucatán, en México: cuando los hombres de Hernán Cortés llegaron a esta península mexicana, preguntaban a los indígenas: «¿Cómo se llama esta tierra?». A lo que los indios respondían en maya: Yuk ak katán, que significa en español: «No entiendo tu lengua». Los conquistadores españoles entendieron que la tierra se llamaba Yucatán.

Canadá: los exploradores españoles buscaban un paso por el norte que uniera el Atlántico con el Pacífico. De esa forma llegaron a las aguas de la Península del Labrador. Tras larga singladura se dieron cuenta de que era una gran bahía sin salida. Mandaron una carta al Rey de España, donde escribían: “Majestad, acá nada”. De ahí a los mapas Acánada, donde derivó en Canadá.

Cuando los hombres de Cortés llegaron a la península mexicana, preguntaban a los indígenas: ¿Cómo se llama esta tierra? A lo que los indios respondían: Yuk ak katán. En español: No entiendo tu lengua.

Australia: todo un continente con un nombre en español. Pedro Fernández de Quirós en 1660 llegó a las islas de las Nuevas Hébridas actuales, la zona conocida en la época como Tierra Australis Incognita, conocido lema en latín, en español Tierra del Sur Desconocida, bautiza a estas tierras como Australia, del Austral (desconocida), y Austria, por la Casa reinante en España.

Filipinas: en 1542 el navegante español Ruy López de Villalobos bautizó a parte de este archipiélago como Filipinas, en honor del Príncipe de Asturias, el futuro Felipe II.

Nueva Guinea: en el siglo XVI el español Íñigo Órtiz de Retes, a quienes los papúes de estas lejanas de tierras con su piel oscura y cabello ensortijado, le recordaron el físico de los habitantes de Guinea en África.

Casablanca, Marruecos: en tiempos de Felipe II, los marinos españoles que acompañaron a los portugueses, localizaban la actual ciudad de este nombre, Anfa, porque en lo alto de una montaña había una casa blanca.

Montevideo: la capital de Uruguay tiene varias versiones sobre su nombre. Nos quedamos con la siguiente: los españoles de la expedición de Fernando de Magallanes anotaron en las cartas portulanas de navegación “que el cerro es el sexto monte que se ve sobre la costa navegando el Río de la Plata de este a oeste». Con el tiempo derivó Monte VI de este a oeste (Monte VI de este a oeste).

Región de los Moros de Filipinas: en la Isla de Mindanao, cuando los españoles colonizan las Filipinas, descubrieron con asombro cómo parte de la población practicaban la religión musulmana. En la lógica del siglo XVI si son musulmanes iguales a los que había en Granada, y éstos eran moros, aquellos también lo era. Y así los llamaron y así se denominan hasta hoy.

Islas Bermudas: en el continente americano. Es famosa por su Triángulo, y por el pantalón corto típico de las islas que es de uso común mundialmente. En 1505 el marino onubense Juan Bermúdez las visitó en dos ocasiones y las bautizó como su carabela, Garza, pero lo que se mantuvo fue la derivación de Bermúdez a Bermudas.

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