Una de las viñetas en formato color de Corto Maltés, el marinero y aventurero más conocido en las viñetas. © wikipedia

Los viejos héroes nunca mueren. ¿Quién dijo que el inimitable Corto Maltés se perdió entre los pinceles de Hugo Pratt? El marino ha vuelto para quedarse gracias a dos dibujantes españoles. La aventura es infinita, como el universo en el que se desarrollan sus historias. En octubre de 2014 se anunció que Juan Díaz Canales, guionista del exitoso Blacksad, y el dibujante Rubén Pellejero estaban trabajando en una nueva aventura de Corto, que vería la luz en octubre de 2015. El guionista afirmó que «será una historia de creación nueva, porque está considerado como el siguiente álbum. Es la continuación de la serie».

Así surgió el álbum, en blanco y negro y en color, Bajo el sol de media noche. El argumento no podía ser más sugerente: 1915, Corto Maltés atraviesa las vastas extensiones heladas del Gran Norte, entre Estados Unidos y Canadá. Consigo lleva un mensaje de su amigo, el célebre escritor Jack London, autor de Colmillo Blanco. La carta está destinada a un amor de juventud. A cambio de hacérsela llegar, London le promete a Corto una nueva aventura en la que está envuelto un misterioso tesoro… en definitiva, ya nos hemos sumergido en su universo antes de abrir el álbum.

Portada de las nuevas aventuras de Corto Maltés. © Norma Editorial

Pero, debido al enorme éxito comercial, podemos disfrutar de una nueva aventura: Equatoria. Corto se encuentra en su amada Venecia tras los pasos del espejo del Preste Juan, legendario monarca cuyo reino se hallaba en algún lugar impreciso entre África y la India. Según la leyenda, sus vastos dominios estaban poblados de amazonas, unicornios y toda clase de prodigios. Sin embargo, su mayor tesoro era un espejo a través del cual podía observar cualquier parte del reino. La búsqueda de este objeto mágico llevará a Corto a recorrer un continente africano agitado por el colonialismo europeo de comienzos del siglo XX. Como pueden comprobar la aventura no se detiene.

Nueva aventura por tierras africanas de Corto. © Norma Editorial

¿Quieren más? Pues busquen un hueco en sus agendas para dejarse llevar por los diálogos concisos pero contundentes de este peculiar marinero sin barco. Desde la publicación de La balada del mar salado, millones de lectores de todo el mundo se han preguntado bajo qué circunstancias Corto Maltés acabó atado a una balsa a la deriva cerca de la isla La Escondida. ¿Qué crimen pudo cometer para encontrarse en esa situación? ¿Qué papel juegan El Monje y Rasputín en esta aventura? El día de Tarowean desvela, por fin, el misterio más célebre del Pacífico.

Nueva aventura por tierras africanas de Corto. © Norma Editorial

Vayamos a un último número publicado. Alemania, 1924. Corto Maltés deambula por las calles de Berlín junto al escritor Joseph Roth cuando descubre la muerte de un viejo amigo. El marino seguirá la pista al asesino sobre el telón de fondo de un país convulsionado por la bancarrota, la guerra, el asesinato político, los golpes de estado y la amenaza incipiente del nazismo.

Último número de Corto Maltés de Canales y Pellejero. © Norma Editorial

¿Qué les parece el retorno de nuestro héroe? Está en buenas manos, tanto en los pinceles como en los textos. Juan Díaz Canales —Premio Nacional del Cómic 2014— y Rubén Pellejero, dibujante del antihéroe Dieter Lumpen— han retomado la vida del personaje que Hugo Pratt planteara en 1967. Nunca le mató, le dio por perdido en el otoño de 1936 en la nuestra Guerra Civil. Aunque en 1925 se sitúa la última aventura conocida del marino, cuenta su amigo Cush en Los escorpiones del desierto, cuya acción se sitúa en 1941, que Corto se alistó en las Brigadas Internacionales para luchar por la II República.

No se vayan todavía, aún hay más, como decía aquel famoso super ratón de los dibujos animados de nuestra infancia. Ahora le toca el turno a una pareja creativa de origen francés, formada por el guionista Martin Quenehen y el dibujante Bastien Vivés, creadores de la novela gráfica Catorce de julio. Juntos firman Océano negro, una aventura independiente, renovadora, original y absorbente que reinterpreta en clave actual al marino más melancólico del siglo XX, actualizándolo para hacerlo funcionar en el entorno cambiante del siglo XXI. No se la pierdan, arriesguen al ver a un Corto en la década de los cincuenta tirando un fardo de cocaína por la borda de un velero.

La personal apuesta de Quenehen y Vivés. © Norma Editorial

Por ahora, los nuevos padres de Corto Maltés han situado sus historias mucho antes de la fatídica fecha de 1936, (a excepción de la ya citada Océano negro) tienen tiempo de crear nuevos personajes y regiones que, a pesar de ser bidimensionales para el lector, no dejan de ser mágicas y por qué no decirlo, reales. Nosotros sentiremos el aroma del mar en la cubierta de un vapor que surque el mar de Java. Así somos sus seguidores, dando vueltas por cubierta, guiándonos por el aroma de su cigarrillo, con el afán de intercambiar con Corto unas palabras por escasas que sean.

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