Visión nocturna del parque de Sefton, en Liverpool, durante la noche de Halloween, lleno de personas disfrazadas. © Jan

Tenía cuatro disfraces sobre la cama. De Perroflauta, de Michael Jackson, de Barack Obama y de teniente de infantería de la Wermacht. Difícil elección. Titubeos, probaturas, uno me queda grande, para el otro no tengo zapatos… al final —se lo pueden imaginar— me vestí dignamente para celebrar el dichoso Halloween. Y es que sigo a rajatabla las palabras de José Luis de Vilallonga: “Los alemanes son el único pueblo que sabe vestirse para ir la guerra”. Pues eso, a la calle.

No tengo el pelo largo ni encontré en casa media cáscara de coco, así que no me disfracé de Perroflauta, patentado por Intereconomía; el de Michael Jackson es igual que el de un zombi, nada original, y el de Obama ya no asusta a nadie en el mundo. Me cuadré, dejé el casco de acero en la silla porque no voy al frente, me ajusté la gorra de plato y me pinté unas ojeras de no haber dormido en tres meses, customización efectiva.

Al principio pensé que paseaba de noche por las calles de Berlín en abril de 1945, por aquello de pasar por un bloque lleno de ocupas, malditos rusos; pero enseguida me dejé llevar por el París ocupado, porque pasaban junto a mí condes Drácula, malévolos médicos, enfermeras siniestras y novias con cara de cadáveres. Ojalá pudiera rematar con una copa de absenta en el café Des 2 moulins

Típica imagen de una noche de Halloween en una calle de Cambrigde. © Fernando García Redondo

Hice migas con un Capitán América en la puerta de un bar de toda la vida, seguro que me confundió con Red Skull, me imagino. De lejos me gritaban: “¡Nazi de mierda…!”.  Y yo pensaba que no había disfraces de antisistema. Volví a casa por un callejón oscuro. Un hombre lobo de ciento veinte kilos intentó asustarme. Le apunté con mi Luger, pero no tenía balas de plata. Me pidió un cigarro. En la puerta de casa una calabaza, telarañas artificiales en la escalera y, cuando ya iba a quitarme el feldbluse, se escuchaban voces atildadas en el comedor con música de fondo: “El crecimiento de España en el último trimestre ha sido cero…” ¿Alguien me puede explicar qué coño es esto de Halloween?

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