El diestro de Alicante se ha prestado siempre a usar su imagen más allá de las plazas de toros. © Hola
La aportación de José María Manzanares a la tauromaquia contemporánea trasciende más allá de los ruedos, de sus habitualmente rotundas y exitosas actuaciones que le mantienen, a fecha de hoy y con el máximo merecimiento, en la cúspide del escalafón. Lejos de regodearse y obviar el entorno, el espada de Alicante ha sabido adaptarse a los tiempos que corren y rodearse de profesionales que dominan las herramientas precisas para colocar su perfil en el escaparate social, generar un clima de actualidad y complicidad permanente y extraer de esa manera los mejores réditos.
El dato es sobradamente revelador: Manzanares cuenta con casi 74.000 seguidores en Facebook y 111.000 en Twitter. Por descontado ofrece una completísima página web y su figura puede seguirse a través de múltiples plataformas sociales —Youtube, Pinterest, Instagram, Viddy, Braviland, Issuu—. Es un profesional de hoy en un mundo más propio de ayer. Es, evidentemente, un personaje público consecuente con los tiempos que corren.
Esa integración en los social media, sustentada en una fluida interacción con sus partidarios, seguidores y amigos, se viene realizando, encima, sin un ápice de frivolidad, esto es, desde un respeto absoluto a la profesión que representa y con la que honestamente se gana su pan y el de su gente.
Ese prototipo de imagen es la que necesita la tauromaquia de nuestros días, la de referentes que ocupen portadas de medios ajenos a la Fiesta misma, la de personajes que el gran público reconozca por la calle y solicite autógrafos y fotografías, profesionales accesibles, transparentes y cercanos. En ese aspecto, no cabe la menor duda de que José María Manzanares se ha convertido por derecho propio en el torero de la contemporaneidad.