El HMS Dreadnought con el toldo aparejado fondea en la desembocadura del Támesis en 1906. © National Maritime Museum

Cuando irrumpe el verano me entran ganas de navegar y no me pregunten el motivo, me ocurre todos los años. Quizás porque en vacaciones se visitan las playas y se mira al horizonte, esa línea inmensa y plana, que se rompe únicamente por el barrido de olas plateadas. ¿Por qué no hacerse a la mar? Entran ganas, pero no sobre cualquier objeto que no nos hunda. Dejen a un lado las motoras, los hidropedales, los catamaranes turísticos… y, en mi caso, hasta los yates de lujo. Me quedo con un acorazado de Su Majestad.

¿Nos damos un paseo por el primero de su clase? El HMS Dreadnought, literalmente Barco de Su Majestad Acorazado, fue tan revolucionario en su diseño que a partir de entonces esa clase de buques se denominas así, como Coca-Cola cualquier refresco de cola. La novedad que planteaba, lógicamente, se debía al blindado, pero también a los cañones monocalibres, que permitían disparos certeros desde distancias inimaginables unos años antes.

Su diseño fue más o menos intuido por otras armadas, así que los primeros, como no podía ser de otra forma, fueron los japoneses, que hundieron la flota imperial rusa en Tushima en una andanada de la guerra ruso-japonesa de 1905 y se hicieron dueños del Pacífico hasta 1945, con la derrota ante Estados Unidos. Su introducción en la Royal Navy propició una carrera armamentística en Europa. ¿Se imaginan quién se hizo con el control de los mares? Gloria a aquellos que murieron en los campos de batalla de la Gran Guerra.

Lord John Fisher, impulsor y promotor de los acorazados. © Colnect

Casualidades de la vida, durante la batalla de Jutlandia, el enfrentamiento naval más descomunal durante la Primera Guerra Mundial estaba nuestro protagonista en el dique seco, en plenas reparaciones, así que se pasó la primera parte del conflicto alejado de la lucha y algo pesado y lento, en comparación con los super-dreadnought, que ya eran la vanguardia de la escuadra británica: un madurito entre tanta juventud.

Irónicamente para un buque diseñado para enfrentarse a los acorazados enemigos, su única acción significativa fue el hundimiento del sumergible alemán U-29comandado por Otto Weddigenpor abordaje, el 18 de marzo de 1915. El U-29 había emergido tras disparar torpedos al HMS Neptune, el Dreadnought lo embistió partiéndolo en dos. En el transcurso de esta acción, casi colisionó con el HMS Temeraireque también intentaba abordar al submarino. El Dreadnought es el único acorazado, mientras fue usado este tipo de buque, que ha hundido un submarino en combate. Un viaje por la historia movido, ¿levamos anclas?

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